¿Has olvidado lo que Él dijo?
Por: Pastor David Ingman
Salmos 27:1-2. Estas fueron las palabras de David mientras atravesaba grandes dificultades, como la persecución constante por parte del rey Saúl. Eran palabras inspiradas por Dios, surgidas de un corazón que confiaba plenamente en Él, por eso las expresó con convicción.
Ahora, cuando Jesús resucitó y se preparaba para ascender al cielo, se apareció a sus discípulos y les dijo: “Y vosotros sois testigos de estas cosas.” (Lucas 24:48). Básicamente, les recordaba: “¡Lo han visto todo! ¡Ustedes son testigos!” Sin embargo, en momentos anteriores, Jesús ya les había llamado la atención por olvidar lo que habían vivido: “¿No entendéis aún, ni os acordáis…?” (Mateo 16:9).
Juan 16:33. Durante su tiempo en la tierra, Jesús realizó numerosos milagros y proclamó muchas promesas. Les advirtió a sus discípulos que sería arrestado y asesinado. En tan solo tres años y medio, repitió muchas de sus enseñanzas una y otra vez. Sin embargo, tras su muerte, resurrección y ascensión, muchos de sus seguidores olvidaron esas promesas. ¿Por qué? ¡Por las terribles circunstancias que enfrentaron y les llenaron de temor!Santiago 1:23-24 (NVI). Los cristianos que tienen más éxito en su caminar con Cristo son aquellos que recuerdan lo que Dios ha dicho en su Palabra y confían en Él. Estos versículos en el libro de Santiago se refieren a las personas distraídas, a quienes intencionalmente ignoran lo importante: son oidores olvidadizos. Pero Santiago también nos da una solución en el verso 25: “Pero quien se fija atentamente en la ley perfecta que da libertad y persevera en ella —no olvidando lo que ha oído, sino haciéndolo— recibirá bendición al practicarla.”
Cuando estudiamos cuidadosamente la Palabra de Dios, la recordamos y la obedecemos, somos bendecidos en todo lo que hacemos.
Mateo 16:24-26. Seguir a Cristo implica renunciar a nuestras ambiciones, planes y sueños. Significa ir en contra de nuestros propios deseos para aceptar la voluntad de Dios, llevando nuestra cruz. Requiere hacer ajustes y sacrificios reales para vivir como verdaderos discípulos.
Mateo 6:33. Como creyentes, a veces nos preocupamos por qué comer, qué vestir, dónde vivir, cómo lucir… pero Jesús nos recordó que Dios conoce todas nuestras necesidades, incluso antes de que se las pidamos. Parafraseando: “Si tan solo pusieran su vida y sus prioridades en orden, entonces todas sus necesidades serán suplidas.”
Juan 15:7 (NTV). Iglesia, es tiempo de poner tu casa en orden. Jesús debe ocupar el primer lugar en nuestras vidas, pues Él no aceptará ser relegado a un segundo plano. Jesús nos está diciendo: “Permanezcan conmigo. Guarden mis palabras en su corazón más que cualquier otra cosa, y los bendeciré constantemente. ¡Recuerden lo que les he dicho!”
Deuteronomio 11:18.
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