La antorcha
Por: Pastor Rolando Rodríguez

Charlie Kirk fue un hombre que se mantuvo firme en la verdad, y el 10 de septiembre de 2025 sufrió un atentado por eso. El domingo pasado se realizó un memorial en su honor que fue visto por aproximadamente 100 millones de personas alrededor del mundo (que además fue un poderoso acto de evangelismo). Fue honrado en países como Estados Unidos, Reino Unido, Australia, España, Japón, Corea, Francia, Polonia, Israel y Alemania.

Pero surge una pregunta: ¿Por qué nos sacudió tanto lo que le sucedió? Porque fue un hombre que defendió la verdad de la Palabra. Porque era nuestro hermano en el Señor y dejó un legado tras de sí.

Recordemos también a la pastora Kathy. ¿Cuántos la conocieron? Ella también fue una persona que dejó huellas profundas, dejó un legado: su pasión, obediencia y fe en Dios.

Mateo 5:14-16: “Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una montaña no puede esconderse. Tampoco se enciende una lámpara para cubrirla con una vasija; por el contrario, se pone en el candelero para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben a su Padre que está en los cielos.”

Lo que tuvieron la pastora Kathy, Charlie Kirk y lo tiene el pastor David es una misma pasión: que TODOS conozcan a Jesús. Hoy nosotros tenemos una “antorcha”, esa misma comisión dada por el Señor para dejar un legado.

1 Pedro 3:15b. Hechos 1:8. Siempre debemos estar preparados, con mansedumbre y respeto, porque hemos sido llamados a ser testigos de Cristo en donde quiera que estemos.

Pero ¿qué pasa si no sé cómo hablar de Jesús? Hay dos herramientas poderosas: tu testimonio personal y la Palabra de Dios (hablar con base bíblica).

Juan 14:6: “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

Isaías 53:5-6. Hechos 4:12. No es la religión, no es un lugar. Solo en Jesús hay salvación y debemos predicarlo cada vez que podamos.

Isaías 6:8: “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.”

¿Quién irá por Dios? ¿Quién responderá a Su llamado? La necesidad es grande, la oscuridad es profunda. Pero tenemos la luz, tenemos la respuesta. No nos quedemos callados: hablemos de Jesús. Llevemos la antorcha a otros.

Entonces hoy, ¿quién dirá: “Heme aquí, envíame a mí”?

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