¿Qué voz estás escuchando?
Por: Pastor Danny Serrano

Romanos 8:14: «Pues todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.»

Es fundamental aprender a escuchar la voz del Espíritu Santo, porque Él nos puede librar de muchos dolores y lágrimas. Él nos lleva a vivir en victoria y libertad. Pero, si no estás escuchando la voz del Espíritu Santo, entonces la pregunta es: ¿Qué voz estás escuchando?

1 Samuel 17:8-11 (NBLA).

Cada día podemos escuchar muchas voces: de las circunstancias, de los problemas, pero también la voz de Dios. Él nos habla de muchas formas: a través de Su Palabra, una prédica, nuestros líderes, incluso de maneras inesperadas. El éxito o el fracaso en tu vida están determinados por la voz que decides escuchar y obedecer.

David, antes de derrotar al gigante, también escuchó varias voces. Pero, lo que marcó la diferencia fue la voz que decidió obedecer: la voz de Dios.

Tres voces intentaron frenar a David (y también nos hablan a nosotros):

1. La voz del RECHAZO. 1 Samuel 17:28 (NTV) Su propio hermano no creyó en él. Lo criticó, lo humilló y lo rechazó. Muchos de nosotros hemos escuchado esa voz que dice: “no sirves”, “no puedes”, “no vales”.

1 Samuel 17:29-30 (NBLA). David ignoró la voz de su hermano. Una clave espiritual: tan importante como escuchar la voz de Dios es aprender a ignorar la voz del enemigo. La voz del rechazo invalida, pero la voz de Dios siempre valida.

2. La voz de la COMPARACIÓN. 1 Samuel 17:38-40 (NTV). Saúl quería que David peleara como él. Pero David entendió algo: no se puede vencer a un gigante con la armadura de otro. Dios te hizo único. Él puso dones, talentos y gracia sobre ti. No necesitas imitar a nadie. Aprende de otros, pero no seas copia de nadie.

3. La voz de la INTIMIDACIÓN. 1 Samuel 17:42-44. El enemigo quiere intimidarte para paralizarte. Así estaba todo el ejército: atemorizado.

1 Samuel 17:45-46 (NBLA). David venció la intimidación con la Palabra de Dios. Cada mentira del enemigo tiene una verdad de Dios que la desarma.

1 Samuel 17:32 (NBLA): «Y dijo David a Saúl: «No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; su siervo irá y peleará con este filisteo».»

Cuando escuchas la voz del Señor, te conviertes en voz de aliento para otros.

Hoy es día de libertad. Hoy es día de victoria. ¡Hoy derribas a tus gigantes y cortas la cabeza de tus enemigos en el nombre de Jesús!

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