Convirtiéndonos en la persona que Dios nos llamó a ser
Por: Pastor David Ingman
09/09/2018
Salmos 139:16 (NTV). Todos pasamos la vida tratando de saber quiénes somos y para qué fuimos creados. Desafortunadamente, muchos nunca descubren quién es la persona dentro de ellos y cuál es el propósito de Dios para sus vidas. Si no descubrimos lo que debíamos hacer y llegamos al final de nuestra vida, significa que la habremos desperdiciado en muchas otras cosas. Recordemos que Dios nos ha llamado a hacer algo específico para un tiempo como este.
Salmos 57:2 (NTV). Dios tenía un plan para todos y cada uno de nosotros antes de que naciéramos. Ese es un plan diseñado para toda nuestra vida, eso quiere decir que Dios conocía el día y lugar de nuestro nacimiento y lo que fuimos llamados a hacer. ¡Miren lo que Dios ha hecho con dos personas comunes llamadas David y Kathy, sus pastores! Y todavía no ha terminado, pues creemos que nuestros mejores días están delante de nosotros. Todo lo que hacemos debe guiarnos a la eternidad.
Ahora, ¿qué hay de cada uno? ¿Estamos divagando a través de la vida sin propósito?
En su libro clásico El Señor de los Anillos, J.R.R. Tolkien escribió un poema que incluye estas palabras: “No todos los que divagan están perdidos”. Lo mismo se aplica a cada uno de nosotros, aún si nos vemos divagando sin sentido, no significa que nuestra vida está perdida. Podemos recuperar el sentido de propósito y descubrir lo que Dios tiene para nosotros.
Estas son algunos consejos y recomendaciones para nosotros, si necesitamos descubrir el propósito de Dios para nuestras vidas:
1. Vayamos a Dios en Oración. Santiago 1:5, 5:16.
2. Sumerjámonos en la Palabra de Dios. Salmos 119:105. Su Palabra va a iluminar nuestro propósito.
3. Descubramos y determinemos cuáles son los dones y fortalezas que Dios nos ha dado.
4. Descubramos cuáles son las pasiones y los sueños que Dios ha puesto en nosotros. ¿Qué es lo que particularmente nos interesa o nos apasiona? Por ejemplo: administración, trabajo social, lucha contra la pobreza, ser ministros del Evangelio, etc.
5. Permitamos a otros hablar a nuestra vida. Proverbios 11:14. No cualquier persona, sino buenos consejeros.
6. Vayamos a un retiro solos. Hebreos 11:6. En soledad busquemos a Dios y su guía con claridad y de todo nuestro corazón.
Se trata de confiar totalmente en Dios, para encontrar nuestro propósito poniendo los ojos en la eternidad.
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