¿Por qué yo no?
Por: Pastor Rolando Rodríguez
11/11/2018

1 Samuel 17. Este capítulo nos cuenta la conocida historia de David, cuando era un muchacho, quien derrotó al gigante de los filisteos, Goliat. Cuando leemos estas historias en la Biblia nos podemos preguntar “¿por qué ese tipo de cosas no me pasan a mí?” “¿por qué yo no?” Vamos a ver tres cosas en la vida de David que hicieron que el poder de Dios se moviera a su favor.

1. El servicio. 1 Samuel 17:17-20. David había aprendido a servir desde pequeño en la casa de su padre, por eso Dios lo tomó en cuenta. Estamos en tiempos en que la gente ve el servir como algo malo y espera que alguien más lo haga, pero Dios siempre escoge personas con un corazón de servicio. Si queremos que el Señor se mueva en nuestras vidas debemos preguntarnos si estamos sirviendo y si lo estamos haciendo por amor.

Muchos piensan que las cosas de Dios es para gente que no tiene nada que hacer, pero la Biblia nos muestra muchas veces que Él escoge siervos entre la gente que está ocupada en algo productivo, no desocupados. Lo importante es saber si vamos a disponer nuestra vida para Dios.

Mateo 23:11. Es importante también tener en cuenta que no siempre nos van a llamar para servir en algo que nos gusta o somos buenos haciéndolo, pero debe hacerse. En la Palabra hay muchos ejemplos de servicio y el mayor de todos es Jesús.

2. Lo que debía ignorar. 1 Samuel 17:28-30. Todos hemos sido criticados alguna vez y no nos gusta que lo hagan, pero debemos saber que siempre alguien nos criticará, por lo que hagamos o dejemos de hacer. Debemos ser honestos para reconocer si hay alguna razón en nosotros para esa crítica y tratar eso.

Si no hay sustento en la crítica no debemos preocuparnos, y al igual que David, tenemos que ignorarla, aunque venga de alguien cercano. No importa cuánto nos esforcemos, siempre habrá alguien a quien no le agrademos; nuestra parte es ser la mejor persona que podamos, siendo amables, generosos, cordiales.

Generalmente quienes más critican son los que no hacen nada: el hermano de David no quería enfrentar a Goliat.

3. Hacia dónde corrió. 1 Samuel 17:48. David se apresuró para enfrentar a Goliat mientras el ejército israelita huía del gigante. La diferencia entre ser personas que Dios usa o no, es hacia dónde corremos o de qué estamos corriendo, es decir si enfrentamos lo que está por delante o huimos de ello.

Muchos corren de las responsabilidades, de la presión, de errores cometidos, de los problemas y adversidades o de deficiencias personales, pero lo que no enfrentemos hoy, nos va a perseguir toda la vida.

Curiosamente hay algunos que corren de la voluntad de Dios, pues prefieren hacer su propia voluntad, aunque eso sí, quieren la bendición del Señor; pero, tal vez, los momentos que estamos viviendo ahora sean los últimos en que tenemos la oportunidad de servir a Dios.

Si queremos ser personas que Dios use, si queremos que nos pase también a nosotros, podemos aprender de David.

 

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