Convirtiéndonos en la persona que Dios nos llamó a ser (II parte)
Por: Pastor David Ingman
16/09/2018
Continuando con esta prédica, es importante preguntarnos: ¿Hasta este día, realmente estamos haciendo lo que Dios nos ha llamado a hacer?
Lucas 15:17 (NTV). La Biblia nos dice, en la historia del hijo pródigo que, cuando el joven finalmente descubrió que la riqueza terrenal y las posesiones eran solamente temporales y no eternas, entonces su sentido común regresó a él y también su percepción de que un Poder más grande estaba obrando en su vida, guiándole a su destino.
Cuando el hijo pródigo finalmente se dio cuenta que estaba en el camino equivocado y que todo lo que había hecho hasta ese momento era inútil y le estaba llevando en una dirección equivocada, entonces decidió rendirse y regresar para seguir los planes de su Padre, donde había provisión, protección y guía para alcanzar su propósito.
Lo más difícil para nosotros es rendir nuestros propios planes y seguir los de Dios; pero a veces debemos ordenarle a nuestra alma hacer lo necesario, es decir abandonar un viejo camino que no es del Señor sin importar cuán doloroso sea, sobre todo cuando nuestra mente, emociones y voluntad están fuera de control.
Filipenses 1:18 (NTV). En este versículo, Pablo dijo algo muy importante: “Pero eso no importa”. ¿Qué es lo que no le importaba a él? El estar en prisión, el ser criticado y su doctrina por otros cristianos, el ser odiado y perseguido, el pasar por diversas pruebas; porque para Pablo lo único que tenía valor en esta vida era servir a Dios y cumplir su plan antes de morir e ir al cielo.
Romanos 8:35-38 (NTV). Esto es lo más importante: mantener nuestras prioridades en orden y mantener nuestros ojos en Jesús y Su propósito para nuestras vidas. Entonces todas las persecuciones, pruebas, calumnias y difamaciones que han sido habladas en contra nuestra, realmente no importarán porque Dios nos sigue amando. Necesitamos estar enfocados en lo que Dios nos ha llamado a hacer y no en lo que otra gente piensa de nosotros, si podemos vivir de esta manera, entonces será fácil seguir el camino al que el Espíritu Santo nos está guiando.
Gálatas 5:17 (NTV). Este versículo, en la traducción El Mensaje dice así: “Porque hay una raíz pecaminosa de intereses propios y egoístas en nosotros, que están en desacuerdo con el espíritu libre del Señor, al igual que el espíritu libre del Señor es incompatible con el egoísmo.”
Mientras miramos y anticipamos con expectativa la venida del Señor, nosotros, la Iglesia, no tenemos el lujo de vivir nuestras vidas sólo para nosotros mismos. No dejemos que nuestras emociones sean las que toman las decisiones en nuestra vida. Detengámonos, oremos y permitámosle a Dios guiarnos. ¡ÉL PUEDE CAMBIARLO TODO!
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