Viviendo en gozo
Por: Pastor Rolando Rodríguez
18/11/2018

Salmo 43. Cuando pasamos por dificultades, siempre nos preguntamos el por qué y hasta cuándo, pero estas cosas son parte de la vida, recordemos que Jesús nos dijo que en este mundo vamos a tener aflicciones.

Sin embargo, muchas veces nosotros tenemos responsabilidad en nuestra situación. El salmista empezó pidiéndole a Dios que le juzgue, que le muestre si dejó de buscarle, si estaba en pecado o se desvió del camino y eso lo llevó a donde estaba. Es importante pedirle al Señor que nos juzgue, es decir ponernos a cuenta con Él si es que hemos fallado en algo, reconocerlo y pedirle perdón.

Después, el salmista le pide a Dios que defienda su causa; es decir, si nuestra causa es justa, debemos ponerla en manos del Señor, que sea Él quien se haga cargo y nos defienda. Además, nos librará de personas que quieran engañarnos y hacernos mal.

Verso 2. El salmista estaba desesperado, pero sabía en dónde encontrar fortaleza y eso le hizo entrar en razón en medio de la situación que atravesaba. No importa por lo que estemos pasando, no podemos dejar que el enemigo nos robe el gozo y nos mantenga tristes, deprimidos ni desanimados. La batalla no ha terminado, porque a pesar de lo que venga contra nosotros, Dios está de nuestro lado y nos sacará de esa situación.

Verso 3. La luz es la vida con que nos llena el Señor y la verdad es su Palabra. Y nos guiarán no a la salida de la situación que pasamos, sino a un mejor lugar: la presencia de Dios, el refugio de nuestro Padre, solo dejémonos guiar allí.

Verso 4. Es en su presencia que alcanzamos un verdadero gozo. El gozo es un estado de contentamiento interior que no viene por personas o circunstancias, sino solamente de Dios. Es por eso que en medio de cualquier situación necesitamos alabarle con alegría.

Verso 5. ¿Cuántos nos encontramos abatidos, preocupados o desanimados? Si nos sentimos así, es porque estamos creyendo las mentiras del enemigo que nos dice que Dios no nos escucha ni nos responde. Tal vez hemos pasado por algo desde hace tiempo, pero no es el fin, no debemos perder el gozo, pues sabemos que Dios está obrando en nuestra vida.

Recordemos la historia de José y todo lo que le sucedió: fue vendido como esclavo por sus hermanos, fue acusado y encarcelado por algo que no hizo, pero al final llegó a ser alguien muy importante; sin embargo, esta historia empieza con un José de 17 años y cuando se convirtió en la mano derecha del faraón en Egipto tenía ya unos 40. En todo ese tiempo, este hombre no vivió deprimido y abatido, sino esperando en Dios.

Hay cosas que no podremos cambiar, gente nos va a fallar, el tráfico no fluirá, pero nosotros sí podemos mejorar, porque Dios está en nuestra vida. Esperemos y confiemos en Dios, su tiempo es perfecto. Las cosas no cambiarán por estar preocupados, sino por confiar y esperar en Él.

 

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