El verdadero amor
Por: Pastora Kathy Ingman
23/12/2018

1 Juan 4:7-8, 16, 20-21. Mucho se habla del amor, tanto dentro como fuera de la Iglesia, pero debemos tener claro lo que la Biblia enseña del verdadero amor. La Palabra no nos dice que Dios tiene amor, sino que Él es amor, es decir que su amor es su misma esencia. Por lo tanto, el amor no es un sentimiento, es Dios mismo. La palabra en griego para definir esta clase amor es “ágape”, que significa el amor al nivel más alto, puro y más excelente.

1 Juan 3:16. Esta clase de amor es tan fuerte que es irresistible. Si es necesario, el amor ágape aún se sacrificará a sí mismo en beneficio de lo que tan profundamente aprecia. Este amor nos llevará a actuar.

Romanos 5:5. Dios nos ha llenado de su amor para ser usado y para caminar en este. ¡Estamos obligados a amar! No es opcional, es un mandato, y Dios quiere que este amor crezca en nosotros. El nacer de nuevo en Cristo y ser llenos de su amor van de la mano, no es posible que mucha gente en el mundo no crea porque ve ofensas y rencillas entre los cristianos. Quien no puede caminar en amor, no puede caminar en la bendición de Dios.

En la traducción amplificada de la Biblia, 1 Corintios 13:4-8 nos dice: “El Amor resiste con paciencia y serenidad, el Amor es bondadoso y considerado, no es celoso o envidioso; el amor no es jactancioso ni hace alarde, no es orgulloso ni arrogante. No es grosero, tosco ni violento; no busca lo suyo propio; no es provocado fácilmente, ni quisquilloso, ni demasiado sensible, no se enoja fácilmente, no toma en cuenta el mal o la ofensa recibida. No se alegra de la injusticia sino se goza con la verdad (cuando la verdad y el derecho prevalecen). El Amor lo soporta todo, resiste y sobrelleva todas las cosas (sin importar lo que venga), cree todas las cosas (buscando lo mejor en cada uno), espera todas las cosas (permaneciendo firme durante tiempos difíciles), resiste y soporta todas las cosas (sin debilitarse). El Amor nunca falla (nunca se desvanece y no se acaba).”

El amor, al igual que la gratitud, tiene que ser expresado, tiene que manifestarse en acciones a lo largo de nuestra vida para poder decir que caminamos en amor.

La traducción amplificada de la Biblia nos dice en Romanos 12:14: “Bendigan a quienes les persiguen (a quienes les causan daño y sufrimiento; bendigan y no maldigan (a ellos)”. En Mateo 5:44: “Pero yo les digo, amen (esto es, sin egoísmo, buscando lo mejor o el más alto bien para) sus enemigos y oren por los que les persiguen”. En Efesios 4:31: “Que toda amargura, indignación, ira, resentimiento, peleas y difamación (maledicencia, lenguaje abusivo y blasfemo) salgan y sean desarraigados de ustedes…”

Mateo 5:23-24. Esta reconciliación se refiere a una mutua concesión después de una mutua hostilidad. Esta concesión conlleva la idea de alivio, renunciar y abandonar un argumento, rendir un punto, ceder con otra persona, soltar algo, rehusar que se convierta en un conflicto.

Colosenses 3:14. No podemos vivir bendiciendo solamente a los “nuestros”, sino que debemos vestirnos del verdadero amor de Dios y demostrarlo a todos.

 

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