Creyente o discípulo
Por: Pastor Rolando Rodríguez
04/07/2021

No es lo mismo ser un creyente que ser un discípulo, no podemos ser ambos. Hay cinco diferencias básicas que nos permiten identificarlos.

1. ¿Para quién vivimos? Un creyente ve a Jesús como su salvador, pero vive para agradarse a sí mismo. Un Discípulo, en cambio, cree en Jesús como salvador y vive para agradar a Dios. Entonces, ¿a quién agradamos? Ser discípulos implica negarnos a nosotros mismos para seguir al Señor. No es fácil hacerlo, pero es lo que Dios bendice.

2. ¿Por qué servimos? Un creyente sirve a Dios basado en la conveniencia, pero un discípulo sirve a Dios basado en su convicción. Dios nos llama a servir incluso en momentos inoportunos, el discípulo va a responder, un creyente se va a negar.

3. ¿Cuándo seguimos a Dios? Un creyente sigue a Dios solo cuando todo le vaya bien. Por el contrario, un discípulo sigue a Dios sin importar las circunstancias. Todos vamos a pasar por momentos de aflicción, y es ahí que debemos decidir si seguimos o no seguimos al Señor.

4. ¿En qué camino estamos? Los creyentes eligen su propio camino y le piden a Dios que los bendiga. Los discípulos le piden a Dios que les revele el camino que deben seguir y es un camino que ya está bendecido. Mateo 7:13-14 (NTV). Si vamos por un sendero angosto, estamos por buen camino.

5. ¿Por qué vamos a la iglesia? Los creyentes van a la iglesia solo para alimentarse; están en macetas, pero no plantados, por eso no asisten a diferentes congregaciones sin dar fruto. Un discípulo está plantado en su casa, sirve, guía y contribuye donde Dios lo ha colocado. Salmos 92:13 (NVI).

Lucas 14:25-27. Jesús no busca multitudes, Él busca discípulos. La palabra «aborrecer» del versículo 26 significa: amar menos que, en otras palabras, debemos amar a todos los demás, pero no más que a Dios. ¡Este es el verdadero amor de los discípulos!

Llevar nuestra cruz no es pasar por enfermedad, escasez o problemas en el hogar; quiere decir ser personas disciplinadas (de ahí viene la palabra discípulo) y vivir en obediencia a Dios. Es caminar en sacrificio, abnegación, autocontrol y completa rendición a Dios.

Mateo 28:19. Fuimos enviados a hacer discípulos, no creyentes. Los discípulos, producen discípulos. Entonces ¿somos creyentes o discípulos?

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