El arma secreta es la fe

Por: Pastor David Ingman

Hebreos11:6. No podemos creer solamente que Dios existe sin creer que Su poder existe y existe dentro de nosotros.

Efesios 3:20. Si alguien pregunta: ¿Crees en Dios? La mayoría de nosotros responderíamos con un rotundo: “Sí, claro que creo en Dios”, pero, para aquellos que hemos caminado con el Señor mucho tiempo, sabemos que, como creyentes cristianos, la prueba de nuestras creencias no está solo en palabras, sino en la forma en que practicamos nuestra fe.

Las batallas de la vida, las fortalezas mentales, las ideas establecidas por el mundo, los desafíos, expectativas y noticias, son algunas de las cosas con las que tenemos que lidiar todos los días. Pero, aunque la mayoría de estas circunstancias parecen físicas, no se limitan a lo natural, pues la mayoría de ellas suelen tener un origen espiritual. Cuando enfrentamos batallas que intentan limitarnos para alcanzar todo nuestros potencial, seguramente estamos luchando contra principados y poderes espirituales.

El principal problema en la vida de muchos creyentes es que enfrentan a su enemigo desarmados. Cuando entramos en batalla (y todos lo haremos), debemos saber que tenemos el “arma secreta” de la fe. Cuando un joven pastor llamado David se enfrentó a un gigante llamado Goliat en batalla, el chico probablemente no tenía más de 16 años. Leamos esta historia verdadera. ¡Es increíble!

El desafío del enemigo. 1 Samuel 17:1-11 (NTV).

La respuesta de Dios a la amenaza enemiga. 1 Samuel 17:32-54 (NTV).

La razón de esta victoria no estuvo en una armadura visible que llevaba David, sino en la cuarta pieza de la armadura espiritual: el invisible escudo de la fe. Efesios 6:16 (NTV). No había nada mágico en las cinco piedras que David escogió del arroyo o en la honda que usó. Estas fueron solo catalizadores impulsados por las palabras de fe que David habló. Esas palabras fueron la verdadera arma que este joven usó en esta Batalla. La fe de David fue tan grande que seguía siendo recordada siglos más tarde en Hebreos 11:32-34.

Nuestro enemigo tratará de ganarnos a toda costa. Pero nosotros estamos aquí para ganar también, y no de cualquier manera, porque vencemos tomando ventaja de nuestra fe. Goliat parecía invencible, pero la piedra de David le llegó a su frente y lo mató. Recordemos que incluso el gigante más grande tiene una debilidad.

Lucas 22:32. Jesús oró para que la fe de Pedro no fallara, y la oración de Jesús por nosotros no es que superemos en fuerza o en ideas al enemigo. La cuestión es que el enemigo busca robar nuestra fe, porque si lo logra, entonces podrá derrotarnos. Entendamos que, si permanecemos conectados con Dios y Su Palabra, el enemigo nunca podrá robar nuestra fe. Todos tenemos el arma secreta de Dios: la fe, y cuando encontramos esa fe, entonces podremos ayudar a que otros también la encuentren.

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