El costo de ser un discípulo
Por: Pastores David y Kathy Ingman
07/04/2019
Lucas 14:25-27 (NTV). Estas palabras de Jesús son una enseñanza que probablemente no sería nada popular en redes sociales en la actualidad; si un ministro de la Iglesia publicara este mensaje, tal vez sería llamado legalista o religioso; sin embargo, esta es la indiscutible Palabra de Dios.
Jesús dijo que el aprecio y la importancia por quienes son cercanos a nosotros no puede compararse a nuestro amor por Él y su obra. También nos dijo que, si no aceptamos nuestra “cruz”, es decir dolor, sacrificio, negarse a uno mismo y la persecución que viene por ser sus seguidores, entonces no podemos ser discípulos. Hoy en día, hay iglesias que ofrecen un cristianismo fácil y sin compromiso, ese es un “evangelio Liviano”, pero, ¿habrán leído la Palabra de Dios? Estar en la Iglesia no se trata de asistir a un culto, sino de ser una persona que cumple un propósito y produce discípulos.
Lucas 14:28-30 (NTV). En estos versículos Jesús hace una declaración muy precisa, que es una advertencia e incluso una orden: “… no comiences sin calcular el costo.” Lo que nos dijo fue que ni pensemos ser sus discípulos si no somos serios en eso y hemos meditado lo que va a requerir de nosotros. No debemos comenzar hasta que hayamos calculado el costo de ser sus discípulos.
Hebreos 4:12-13 (NTV)). No podemos ocultar nuestras motivaciones delante de Dios. No podemos mentir si somos o no sus discípulos. Podemos hacer un show delante de la gente, pero el Señor conoce nuestro corazón. Él sabe lo que estamos haciendo y por qué lo estamos haciendo.
Lucas 14:33 (NTV). Jesús nos dijo que un discípulo que vive una vida sin sacrificio no es un verdadero discípulo.
Mateo 19:29-30 (NTV). Este es el otro lado de la moneda. Nuestro éxito en la vida tiene mucho que ver con el éxito que alcanzamos como discípulos de Cristo, es un modelo que el Señor nos ha dado. La familia y el trabajo son bendecidas a causa de poner a Dios primero en nuestra vida. Notemos la advertencia en el verso 30.
Mateo 6:33 (NTV). Entendamos algo aquí: el Señor no está hablando de vivir en un estado de privación de las cosas buenas en esta vida. No. Lo que nos está diciendo es que un verdadero discípulo de Cristo vive con una prioridad permanente en la vida: salvar almas y discipularlas para el Reino de Dios. Un verdadero discípulo de Cristo vive para cumplir una meta celestial permanente.
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