Haz que tu vida cuente para Dios
Por: Pastor David Ingman
26/07/2020

Eclesiastés 3:1-2.

Es interesante notar que, en los tiempos del Antiguo Testamento, los judíos tenían la costumbre de lamentar el nacimiento de un bebé y alegrarse cuando un ser amado moría. ¿Por qué? Porque creían que, al nacer, daba comienzo un ciclo de dificultades y, en cambio, la muerte traería paz y felicidad eterna.

Sin embargo, todo en nuestra vida, aquí en la tierra, tiene un propósito, y por eso debemos procurar que nuestra vida cuente para los planes de Dios. ¡Nuestra vida debe contar!

Hebreos 9:27. Tenemos un espacio de tiempo en este mundo, una ventana de oportunidad en la que podemos cumplir el propósito de Dios. Cuando Jesús enseño a orar el Padre Nuestro (Mateo 6:9-13), en una parte dice: “venga tu Reino y hágase tu voluntad”, esto nos dice que debemos orar y prepararnos para que Su reino y Su voluntad se cumplan en esta tierra; pero tenemos solo un tiempo para hacer Su obra.

Eclesiastés 3:11. Entonces, debemos hacer que cada día cuente y tenga valor en esta vida. La manera en que vivimos en la tierra, determinará cómo pasaremos la eternidad. Entendamos que cada día es importante para Dios y para Su plan en este mundo. Así que, tenemos que esforzarnos y hacer lo que está a nuestro alcance para que nuestra vida sea útil y exitosa.

Eclesiastés 9:10 (NVI). Para que nuestra vida cuente debemos, primero, descubrir qué es lo que Dios nos ha llamado a hacer y hacerlo, pero hacerlo con pasión. Esto no es solo para ministros y pastores, sino para todo creyente, en sus actividades, en sus carreras, y de esta manera ganar y hacer discípulos a cuantas almas nos sea posible.

Si pensamos en esto, haremos que nuestras vidas cuenten cuando amemos a la gente. Recordemos que el más grande mandamiento de Dios no fue que nos amemos a nosotros mismos y que cuidemos de nuestras propias vidas, sino que es, primero amar a Dios con todo el corazón y después amar a nuestro prójimo.

No permitamos que ningún día se pierda, porque el tiempo es el nuestro bien más preciado. La Palabra nos dice que debemos redimir el tiempo, es decir aprovechar el tiempo que nos queda.

Juan 17:4. Cuando nuestra vida termine ¿podremos decir que hemos terminado la obra que Dios nos encargó hacer? Él nos pedirá cuentas de la obra que hicimos aquí en la tierra.

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