Intencional, saliendo de deudas
Por: Pastor David Ingman
Como hemos visto en las últimas enseñanzas, la Palabra llama a su pueblo a vivir libre de deudas.
Mateo 6:24 (NVI). Lo primero que debemos entender es esto: el dinero se ha convertido en un dios para muchas personas en este mundo. Y, dentro de los creyentes, podemos encontrar tantos casos de mala administración del dinero que, incluso en ocasiones, esta mala administración ha destruido vidas.
Debemos ser intencionales en nuestros gastos y ahorros; hemos sido llamados a gobernar nuestro dinero y no permitir que nuestro dinero nos gobierne a nosotros.
Deuteronomio 28:12. El Espíritu Santo nos dirige a ser radicales en este tema, debido a la condición de la iglesia acerca de las deudas. ¡No es normal que un cristiano viva constantemente con una nube oscura de deudas sobre su cabeza! Ese no es el tipo de vida que Dios ha elegido para sus hijos.
Juan 8:36. Dios quiere que seamos libres del espíritu de deuda y esclavitud. Así que, tal vez, estar endeudados es una forma de pecado, porque la Palabra de Dios dice que todo lo que no está motivado por la fe en nuestras vidas es pecado. La mayoría de nosotros, como iglesia, parecemos concentrarnos en ciertas cosas de las que el Señor quiere librarnos como enfermedades, adicciones, miedo, falta de perdón, etc., pues el enemigo intenta usar estas cosas para atraparnos y mantenernos atados. Pero, el mismo principio se puede aplicar a las deudas.
Las deudas son una trampa gigantesca del enemigo, diseñada para impedir que la bendición y la libertad financiera de Dios lleguen a nuestras vidas. La opresión que proviene por la carga y el yugo de las deudas puede volverse increíblemente pesada de soportar, y Dios nunca quiso que lleváramos esa carga.
Malaquías 3:10. Nuestro nivel de libertad financiera comienza cuando actuamos y obedecemos la Palabra de Dios. Si, por ejemplo, una persona ha caminado como cristiano durante 20 años, pero aún no ha alcanzado la obediencia en sus diezmos y ofrendas, entonces no puede esperar las respuestas que desea en sus finanzas. Este es un principio elemental de la Palabra; Dios nos dice: “Inténtenlo! ¡Pónganme a prueba!”.
¡Así que, seamos fieles a Dios y dejemos de pedir prestado del mundo!
Proverbios 22:26-27 (NTV). Dejemos de hacer promesas que no podemos cumplir, ni a instituciones financieras, ni entre nosotros; dejemos de firmar papeles que constituyen garantías y promesas imposibles. En la antigüedad, la práctica era que, el prestamista confiscara cualquier cosa de valor, incluso la cama, para cubrir una deuda impaga.
Entonces, comencemos a tomar, intencionalmente, las medidas necesarias para salir de deudas y separarnos del sistema del mundo.
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