La fuerza está contigo

Por: Pastor Luis Navarrete

Colosenses 1:13. Como creyentes, necesitamos entender que vivimos en un mundo de conflicto entre el reino de las tinieblas y el reino de la luz. Esto debe ayudarnos a entender la lucha espiritual en medio del cual vivimos y la razón por la cual enfrentamos tanta oposición.

Cambiamos de reino y ahora somos adversarios del mal. No podemos ignorar esta verdad porque, fácilmente, en medio de los conflictos y batallas podemos desanimarnos.

Juan 14:15-18. Jesús dijo a sus discípulos que no les dejaría huérfanos (solos). Entonces, la buena noticia es que no estamos solos, sino que la fuerza está con nosotros. La fuerza, el poder, la autoridad, la unción; el mismo Espíritu que levanto a Jesús de entre los muertos está con nosotros.

Sin duda, hemos sido llamados a pelear la batalla de la fe y, además, tenemos un gran llamado dado por Dios: proclamar las buenas nuevas de salvación en medio de un mundo de oscuridad. Los tiempos que vivimos son muy difíciles, tenemos muchos frentes de batalla y muchas veces las enfrentamos con desánimo, tristeza o frustración.

Pero, no podemos olvidar que, desde el día de Pentecostés, el Espíritu Santo, y su poder, vino sobre los creyentes. Y, aunque todo cristiano tiene ahora el Espíritu de Dios morando en su corazón, en medio de los conflictos, fácilmente solemos olvidar que contamos con su ayuda.

Hechos 13:44-46, 14:1-5 (NTV).

Oposición. No demos por sentado que, si estamos con Dios, no encontraremos oposición. Los incidentes en estos versículos nos recuerdan que suele ser lo contrario. El enemigo intenta fomentar oposición y dificultades donde Dios está obrando.

Efectividad. En Antioquía, las masas se reunían para oír la palabra del Señor. En Iconio hablaron de tal manera, que creyó una multitud de judíos y de griegos. El Señor confirmó su mensaje permitiéndoles hacer señales y prodigios. Esto no significa que todos en la iglesia disfrutarán de una salud perfecta en esta vida, más bien, vemos la manifestación del reino de Dios para que el evangelio pueda avanzar y triunfar.

Gozo. Nuestra felicidad no depende de lo que esté ocurriendo. Porque hay una alegría profunda que vino de la presencia de Dios. En medio de toda la oposición y después de haber sido forzados a abandonar Antioquía, los discípulos fueron a la siguiente ciudad, llenos de gozo y del Espíritu Santo. Tenemos que aprender a cuidar el gozo de Dios porque esa es nuestra fuerza.

Valentía. El Espíritu Santo nos llenará de valentía, a pesar de la oposición. En Antioquía, Pablo y Bernabé contestaron valientemente.

Nunca, desde el inicio de la historia, ser creyente y hacer la voluntad de Dios, ha sido fácil; pero tenemos que recordar que no estamos solos, LA FUERZA, EL PODER, Y LA AUTORIDAD ESTÁN CON NOSOTROS.

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