Nuestra esperanza
Por: Pastor Danny Serrano
Juan 16:33 (NTV). Hay dos cosas que podemos aprender de este versículo:
1. Que tendremos problemas. La vida cristiana no significa ausencia de problemas, sino que es la presencia de Dios en medio de los problemas.
2. Que en Dios tendremos paz. Pero no vendrá en nuestras fuerzas, ni en el dinero, ni en amigos, sino en Jesús.
Muchas veces, queremos tener respuestas a todas las pruebas que pasamos, pero, simplemente no vamos a tenerlas todas; además, las preguntas no sanan las heridas, solo Jesús lo hace. Entonces, ¿qué tenemos nosotros como cristianos? ¡Tenemos esperanza! Y la esperanza es saber que la tumba no es nuestro destino final.
La palabra esperanza se menciona aproximadamente 316 veces en la Biblia. Y si se menciona tantas veces, es porque debe ser importante para nosotros. Esperanza, en griego (elpis), significa: “una expectativa o una confianza segura, fe, esperanza y confianza”.
Jeremías 17:7-8 (NTV). Hebreos 6:18-19 (NTV). Así que Dios ha hecho ambas cosas: la promesa y el juramento. Estas dos cosas no pueden cambiar, porque es imposible que Dios mienta. Por lo tanto, los que hemos acudido a Él, en busca de refugio, podemos estar confiados, aferrándonos a la esperanza que está delante de nosotros.
Entonces ¿A qué estamos aferrados? ¿A qué estamos anclados? ¿Cuál es nuestra esperanza? Las pruebas van a exponer a dónde estamos anclados. Pero, problemas de verdad, los que pueden poner nuestra fe en duda, problemas que nos sacuden. Como alguien que perdió su trabajo, una pareja que se está divorciando, un padre que entierra a su hijo, un niño que quedó huérfano o una mujer que recibió un reporte de cáncer, a quienes no podemos, simplemente, decirles que tengan ánimo y que vienen días mejores.
Entonces, debemos anclarnos a tres puntos que nos traerán seguridad:
1.La cruz. Este es el nivel más alto de victoria y es el lugar de intercambio del dolor por sanidad, de la tristeza por gozo, de la debilidad por fortaleza. Es un lugar de esperanza donde podemos acudir, ahí Jesús también pasó por mucho dolor y decepción, Él sabe exactamente cómo nos sentimos. Hebreos 2:18.
2.La Palabra. Para cada problema que enfrentemos, hay una promesa que nos sostiene. Hebreos 10:23 (NTV).
3.Su presencia. Debemos convierte la presencia de Dios en nuestro lugar seguro, en nuestro mejor escondite y refugio. Hebreos 6:19 (NTV). Esta esperanza es un ancla firme y confiable para el alma; nos conduce a través de la cortina hacia el santuario interior de Dios.
Hebreos 6:19 (Versión amplificada): “Esta esperanza (esta seguridad confiada) la tenemos como ancla del alma (no puede deslizarse ni desmoronarse bajo cualquier presión que ejerza sobre ella), una esperanza segura y firme que traspasa el velo (del templo celestial, que es el Lugar Santo en el que habita la presencia misma de Dios).”
Una persona postrada en Su presencia jamás podrá ser derribada. Cortemos nuestra ancla de toda falsa esperanza y coloquémosla en el lugar correcto.
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