Permaneciendo firmes en las promesas
Por: Pastor David Ingman
08/12/2019

Hemos hablado sobre estar firmes en nuestro caminar cristiano y la importancia de tomar una posición en contra de nuestro enemigo, usando toda la armadura de Dios en contra de él. Ahora veremos cómo permanecer en lo que nuestro Padre nos ha prometido en Su Palabra. Muchos cristianos pueden decir que tienen promesas pendientes, de parte de Dios, que están la Biblia, sin embargo, muchos no saben cómo recibir esas promesas.

Hebreos 10:23 (NVI). Cuando se promete algo, se crea una esperanza en el corazón de la persona que la recibió. Cuánto más nosotros, como creyentes, debemos esperar y confiar en lo que nuestro Padre en el Cielo nos ha prometido.

Juan 10:10. Pero debemos tener en cuenta que, cuando recibimos una promesa de Dios, el enemigo va a tratar de robar, matar y destruir esa promesa; él hará todo lo que está en su poder para atacar nuestra esperanza y fe. Por esa razón, debemos estar preparados para poseer y defender lo que el Señor nos ha prometido. Según estudios recientes, en la Biblia podemos encontrar 5.467 promesas.

Números 23:19 (NTV). Para permanecer firmes, primero debemos confiar en la certeza de Su Palabra, pues Dios no puede mentir, y esa verdad la debemos tener en nuestros corazones.

Hebreos 6:13-20 (NTV). Aquí encontramos, de nuevo, la palabra paciencia. Recordemos su significado: resistir, soportar; firmeza y perseverancia. Esto quiere decir que Abraham estuvo esperando pacientemente por 25 años el cumplimiento de la promesa que había recibido (aunque en cierto momento falló, pues sabemos que tuvo otro hijo fuera de su matrimonio). La Palabra continúa, en estos versículos, y nos dice otra vez, que esta es la razón por la cual tenemos confianza y esperanza en el cumplimiento de las promesas que están delante de nosotros: ¡Dios no miente!

Hebreos 10:35-39 (NTV). El camino del justo es el camino de la fe. No paremos de creer y no paremos de confiar y esperar, porque, seguramente, estamos más cerca de recibir esa promesa, de lo que podemos imaginar.

Deuteronomio 1:21 (NTV). ¿Cuál es esa promesa en la que estamos parados en nuestra vida? Cualquiera sea, debemos creer que, si esa promesa vino de Dios, entonces va a suceder. Debemos creer, no tener miedo, ni desanimarnos. ¡Es hora de poseer nuestras promesas!

 

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