Persistir es un estado de fe

Por: Pastor Mauricio Naranjo

Esta mañana quiero hablar acerca de persistir en un estado de fe. Hace poco, en este

lugar, Dios hizo milagros y sanidades tremendas, recordándonos que «al que cree todo le

es posible». Una parte de lo que cantamos decía, «este no es el final, es el principio de

algo grande».

Filipenses 4:19 dice: «Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas

en gloria en Cristo Jesús». Dios ha prometido suplir todo lo que nos falta. Pero, ¿por qué

a veces no recibimos lo que nos falta? Efesios 2:19 dice que ya no somos desconocidos,

sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. El reino de Dios está

en nosotros.

Somos ciudadanos del reino de Dios, y en el reino de Dios no hay enfermedad, pobreza,

escasez, depresión ni opresión. Si vivimos estas cosas es porque no nos identificamos

plenamente con el reino de Dios. Necesitamos entender que somos parte de este reino y

vivir en esa verdad.

Hebreos 11:1 dice: «Ahora bien, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de

lo que no se ve». La fe es una chispa divina que nos persuade, nos lleva a confiar y creer.

Es una fuerza que nos impulsa hacia adelante, hacia un objetivo.

Jesús le dijo a Pedro que pusiera su mira en las cosas de Dios. Necesitamos poner

nuestros pies en el reino de los cielos y no en la tierra. La fe no retrocede, va hacia

adelante con un objetivo claro. Como una bala disparada, una vez que la fe se dirige

hacia un objetivo, no regresa atrás.

La fe también significa defender algo con firmeza y no ceder. Es una decisión fija de

cumplir con las promesas de Dios. Por eso, lo que estás pasando no es el final, sino el

principio de una gran manifestación de Dios.

Isaías 12:4 dice: «Vayan y anuncien las grandezas de Dios». Para anunciar las grandezas

de Dios, debemos haberlas vivido. Necesitamos ver la manifestación de Dios en todas las

áreas de nuestra vida.

La palabra griega «elpidzo» significa esperanza con expectativa confiada de algo. No es

un «tal vez», sino una certeza de que Dios lo hará. La fe es activa y continua, esperando

hasta que suceda lo prometido.

Hebreos 11:6 dice: «Pero sin fe es imposible agradar a Dios». La palabra «sin» en griego

significa estar fuera de un lugar específico. Debemos permanecer en un lugar de fe para

agradar a Dios y cumplir con su llamado.

En resumen, la fe es una chispa divina que nos impulsa hacia una meta sin retroceder. Es

una convicción firme de que las promesas de Dios se cumplirán. Vivamos en el reino de

Dios, confiados en sus promesas y manteniéndonos firmes en la fe.

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