Prosperidad en la recesión
Por: Pastor Rolando Rodríguez
02/08/2020

Cuando se habla de prosperidad, especialmente en tiempos como los que estamos viviendo, muchos piensan que no es para ellos y que son otros los que la van a alcanzar, incluso es un tema que algunos no entienden muy bien. Pero ¿Qué dice Dios respecto a esto?

3 Juan 2. Prosperar significa que no nos falte nada y Dios quiere que prosperemos, por eso nos ha dado principios para hacerlo. La prosperidad no es una cuestión de suerte, sino de poner en orden todas las áreas de nuestra vida conforme a la Palabra.

Veamos algunas claves para alcanzar la prosperidad:

1. Honrar a Dios con diezmos y ofrendas. Gálatas 6:7. Malaquías 3:8-12. Esto es lo primero que debemos hacer, si no, lo demás no funcionará. El diezmo es la décima parte de todo lo que nos ingresa, no lo que nos sobra. El principio es que debemos sembrar para cosechar, aunque no haya trabajo, sí hay semillas en nuestra mano. Si no lo hemos hecho, empecemos a honrar a Dios en esta área y podemos esperar una cosecha.

2. Ser fiel en lo poco. Mateo 25:23. Debemos ser buenos administradores de lo que tenemos, no importa si es mucho o poco. Con respecto a nuestras finanzas, necesitamos manejar presupuestos y tener prioridades de gastos, es decir, antes de comprar algo, escribirlo todo en papel primero.

Proverbios 21:20 (NTV). Debemos cambiar los hábitos de gastarlo todo apenas nos llega, eso es una necedad.

3. Ahorrar poco a poco. Proverbios 13:11 (NVI). Es importante tener un ahorro para emergencias o para largos plazos, es algo que no debemos tocar. Tener un ahorro importante va a tomar tiempo y requiere de paciencia; quienes se enriquecen rápidamente, no aprecian lo que tienen. Es importante también cuidarnos de la codicia y la envidia, alegrémonos de la bendición en la vida de otros, no seamos egoístas ni mezquinos. Si nuestro corazón está en el lugar correcto, Dios nos va a bendecir.

4. Trabajar. Salmos 128:2. Proverbios 22:29. Hay algunos que esperan que la provisión les caiga del cielo, pero el trabajo es el medio que Dios creó para darnos nuestra provisión y bendición, por eso Él no bendice la pereza, sino la diligencia y el esfuerzo. Hay algo especial cuando se gasta de lo propio, de lo que uno recibió por su trabajo, no es correcto esperar recibir sin haber trabajado.

Conociendo esto, entonces, ¿cómo conseguir trabajo?

– Primero arrepintámonos si fallamos en algunos de los puntos que acabamos de ver.

– Escribamos la visión del trabajo que queremos, siendo específicos.

– Oremos y busquemos. Seamos proactivos, no nos conformemos con enviar una hoja de vida, sino llamemos, busquemos.

– Seamos persistentes. Hay un trabajo esperando allá afuera, insistamos, no nos demos por vencidos.

– Ocupémonos mientras llega el trabajo. No nos quedemos esperando sin hacer nada, hay cosas por hacer en casa, ayudando a otros, incluso ofrendando nuestro trabajo sin paga, pero no seamos ociosos.

No olvidemos que Dios nos quiere bendecir.

 

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