¿Qué pasa?
Por: Pastor Rolando Rodríguez
06/06/2021
Hay personas que viven frustradas y resentidas con Dios por la falta de provisión en sus vidas.
Esto los lleva a preguntarse si la Palabra de Dios funciona en verdad, o si han creído y orado en vano. ¿Qué pasa?
Josué 1:8. Este versículo nos enseña lo que debemos hacer:
1. La confesión es clave para recibir la bendición. ¿Qué estamos confesando? ¿Derrota, escasez, falta, necesidad, deuda? Eso recibiremos entonces.
2. Debemos meditar en la Palabra. Si queremos que nuestros pensamientos estén llenos de ella, necesitamos conocerla.
3. Seamos persistentes en Dios. Este versículo dice “día y noche”. ¿Hemos sido constantes o lo hemos intentado solo una vez?
4. Debemos ser obedientes la Palabra. A veces, muchos se engañan a sí mismos pensando que su situación es particular y que Dios entiende si hacen esto o aquello, pero Dios ve nuestra obediencia, eso es lo que Él espera de nosotros, no excusas o justificaciones.
La bendición y prosperidad no están en las manos de Dios, sino en las nuestras, en nuestras decisiones. Seamos claros, o dominamos nuestro dinero o el dinero nos dominará a nosotros. La decisión es nuestra.
Jesús nos dio 38 parábolas; de las cuales 16, tratan sobre cómo administrar nuestras posesiones. Hay 500 versículos en el Nuevo Testamento que tratan de la oración y algo menos de 500 que tratan de la fe. Pero hay más de 2000 versículos que nos dicen cómo administrar nuestros recursos y producir prosperidad en nuestras vidas.
3 Juan 2. Dios desea que prosperemos, pero hay una condición… Que nuestra alma prospere. El alma tiene tres partes: intelecto, emociones y voluntad. Nuestra alma crece o prospera cuando conocemos, aceptamos y lo vivimos por Dios. Esa es la única manera. Muchos pelean porque conocen, pero no reciben, otros conocen, pero no viven. Las intensiones no cambian vidas, el conocimiento no trae la bendición de Dios. Si lo creemos de verdad, lo vamos a vivir.
Lucas 6:38. Demos para poder recibir, fue un mandato de Jesús. Él no dijo: esperen, extiendan las manos, pongan cara de necesidad. Entonces ¿Lo creemos? Cosas como el diezmo o la ofrenda, hablan de si somos creyentes o no de la Palabra de Dios.
La obediencia de hoy, determinará la prosperidad de mañana.
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