Santificación: Carácter y Conducta

Por: Pastor David Ingman

Hay un proceso que dura toda la vida de los creyentes, desde que somos nacidos de nuevo hasta el día que vayamos para estar con el Señor: la santificación.

Santificación es la obra del Espíritu Santo en nosotros, mediante la cual nuestro ser interior es cambiado progresivamente, liberándonos cada vez más de una naturaleza pecaminosa y desarrollando, dentro de nosotros, las virtudes de Cristo en su carácter y conducta.

Romanos 6:15-23 (NTV). Tal vez, para algunos, la idea de ser esclavo de Dios no es muy atractiva, pero es lo que nos dice la Palabra. El producto de la santificación es llegar tener un carácter santificado. Convertirnos en esclavos de la justicia, como Pablo dijo, es un compromiso de por vida.

Hechos 1:7-8. El método de santificación de nuestras vidas se nos mostró por los primeros creyentes, y cada vez que leemos el Nuevo Testamento, vemos ese proceso, siendo un recordatorio para seguir adelante y hacer lo que la Palabra nos dice que hagamos.

Filipenses 2:12-13. No tenemos que trabajar por nuestra salvación, eso es cierto, pero la palabra nos dice que nos ocupemos en nuestra salvación a través de la santificación para pulirla y perfeccionarla. ¿Qué significa esto? Significa que, desde el momento de recibir salvación, comenzó un nuevo proceso en nuestra vida.  ¡No pagamos por la salvación, Jesús lo hizo!  Fue un regalo.

Cuando comenzamos a dar los primeros pasos como cristianos, empezamos a ocuparnos y a trabajar en un proceso de santificación que nos permitiría adquirir un carácter y una conducta como los de Cristo. Pero no podemos atravesar este proceso solos, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo y el poder de la Palabra de Dios en nuestras vidas.

Veamos algunas cosas que el mundo dice que hagamos, pero Jesús no dijo que hiciéramos:

1. “Sigue tu corazón”. Mateo 16:24-26. En cambio, Jesús dijo que le sigamos a Él.

2. “Sé fiel a ti mismo”. Mateo 16:24-26. Debemos ser fieles y verdaderos a Cristo.

3. “Cree en ti mismo”. Juan 14:1. Debemos creer en Dios y confiar en Jesús.

4. “Vive tu verdad”. Juan 14:6. Somos llamados a vivir la verdad de Jesús, no la nuestra.

5. “Mientras seas feliz, es todo lo que importa”. Marcos 8:34-38. Recordemos que no somos llamados a buscar lo que nos hace felices, sino a renunciar a todo lo que debemos renunciar, tomar nuestra cruz y seguir a Jesús. Si solo buscamos nuestra propia felicidad en esta vida, podemos perder nuestra alma en la próxima.

Estas frases son populares en el mundo, pero no son bíblicas; porque son humanistas y muchos cristianos han creído esas mentiras. Por eso, trabajemos en nuestro proceso de santificación para cambiar, conforme a la Palabra, nuestro carácter y conducta.

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