El poder de la oración
Por: Pastor Mauricio Naranjo
10/11/2019

Como iglesia de Cristo, podemos ver que en este tiempo se han encendido “fuegos” de problemas, circunstancias y enfermedades entre los cristianos; pero debemos entender que estas son solo distracciones del enemigo, el cual tiene un plan mayor y más peligroso que lo que personalmente atravesamos. Por eso necesitamos estar atentos a estas estrategias y a lo que Dios nos está pidiendo hacer en contra de ellas.

Santiago 5:16. Estamos en un tiempo en que el Señor nos llama a unirnos en oración y guerra espiritual por nuestra nación. Hoy somos llamados a congregarnos para librar, no una batalla personal, sino una batalla más grande que va a afectar a nuestras familias, nuestra iglesia, nuestro país y nuestra sociedad.

En este versículo, la palabra nos habla de una oración eficaz, es decir una oración que producen resultados, que tiene poder. También nos dice que puede mucho, es decir que es una oración que tiene ventajas y beneficios al hacerla. Cuando estamos sumergidos en nuestros propios problemas, podemos estar haciendo oraciones equivocadas, basadas en el temor.

Dios nos está llamando a congregarnos para orar juntos. Es el tiempo de dejar a un lado cualquier limitación o problema que enfrentemos para unirnos como el ejército de Dios que somos. Para esto, es importante que dejemos de vernos solo como cristianos individuales y empecemos a pelear la batalla de la fe.

Efesios 6:10-12. La Palabra dice que debemos vestirnos íntegramente de la armadura de Dios y tener la actitud correcta para batallar. Podemos comparar esta armadura con la del mejor ejército de esos tiempos, el romano. Una parte de esta armadura es el calzado (vs.15), el cual tenía una especie de clavos en su suela de unos cuatro centímetros, que servían para darles estabilidad y firmeza; pero también producían un fuerte ruido al momento de marchar, que anunciaba a sus enemigos que estaban acercándose y los hacía temer. Cuando llegaban los romanos, sus enemigos morían o hacían la paz con ellos.

Debemos empezar a marchar en contra de nuestros enemigos espirituales, los ojos de Dios están puestos sobre lo que estamos haciendo ahora. No es tiempo de quedarnos en casa viendo noticias, sino de levantarnos, congregarnos y orar. Cuando la Iglesia conquista, todos conquistamos; es ahí que suceden milagros que empiezan a apagar los “fuegos” alrededor: viene sanidad, deudas son canceladas, matrimonios se restauran, familias se levantan, trabajos llegan, etc.

(texto visible). Lo que Jesús estaba diciendo es que los planes y decretos del infierno no prevalecerán sobre el gobierno del Reino de Dios en la tierra: la Iglesia. También dijo que la Iglesia tiene la autoridad de permitir o no que suceda algo aquí en la tierra. Lo que la Iglesia permita, el cielo lo permite. Hemos sido llamados a cerrar las puertas a los planes del enemigo en contra del Reino de Dios.

Ezequiel 13:5. Brecha significa causar una ruptura. Cuando el enemigo quiere establecer algo ilegal como legal, entonces creamos una grieta o división entre él y nosotros. Pero no podemos hacer esto si no batallamos espiritualmente.

Este es el tiempo en que Dios quiere entregarnos esta nación, pero no lo va a hacer si nosotros no peleamos la buena batalla de la fe juntos como iglesia.

 

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