Él te protege
Por: Pastor David Ingman
21/11/2021

La protección de Dios siempre ha sido un asunto y una necesidad grande en la vida de los creyentes. Desde el jardín del Edén, cuando la protección de Dios, aparentemente, fue quitada de Adán y Eva, al ser expulsados, el hombre ha deseado y buscado la protección divina del Padre.

Isaías 54:17. Este versículo es muy poderoso para nuestras vidas; aunque puede haber sido dirigido originalmente a Israel, es verdadero para todos los hijos de Dios en cada dispensación. Parafraseando, nos dice esto: “ningún arma que se forme contra el pueblo de Dios prosperará, y toda lengua que los acuse en juicio será condenada. Esta es la herencia de los siervos del Señor, de Él viene su reivindicación”. Somos bendecidos al saber que esta es una promesa para todo el pueblo de Dios.

Ahora, veamos este versículo en la traducción Biblia Judía Completa (BJC): “Ningún arma hecha, prevalecerá contra ti. En la corte refutará todas las acusaciones. Los siervos de ADONAI heredarán todo esto; la recompensa por su justicia viene de mí, dice ADONAI.”

El nombre Adonai se encuentra escrito más de 400 veces en la Biblia, y su significado es de naturaleza reveladora. El nombre proviene de la palabra singular «Adon», que se traduce como dueño o gobernante. El nombre Adonai contiene los conceptos de dominio, gobernación y “el dueño de…”

En Isaías 43:1 y Mateo 28:20 podemos encontrar la presencia de la palabra Adonai en un sentido de “propiedad» desde el punto de vista de Dios. Él es la cabeza y el dueño de la iglesia en la que residimos. Si estudiamos y meditamos en el Salmo 97, encontraremos que Dios es el ADONAI de toda la tierra. No solo es el creador, Elohim, sino que también es el dueño, Adonai.

Salmos 34:7. En este versículo, el ángel de Jehová es Él mismo: Adonai. Cuando Noé y su familia entraron en el arca, su Dios, Adonai, entró con ellos y los animales. La presencia de Dios sobrevolaba a Noé, su familia y los animales dentro del arca. Pero en el exterior, la presencia de Adonai, nuestro dueño y protector, estaba ausente.

En nuestro esfuerzo humano, hemos tratado de definir a Dios y separarlo por sus nombres y por sus características, pero los judíos sabían que esto era casi imposible. Por ejemplo: acabamos de hablar de Adonai, el Dios, nuestro Señor, que es nuestro dueño; pero no podemos mencionar a Adonai sin hablar de Elohim Shomri, el Dios que nos protege. Todos estos nombres de Dios, están conectados, entrelazados, divinamente.

Salmo 141 (NTV). El rey David comparte con nosotros su relación con Dios. Él clama a Dios once veces en estos diez versículos, suplicando a Dios (Elohim Shomri) que lo proteja. Y podemos ver que la principal protección que pide a Dios, es de sí mismo; David también pide protección de los malvados, pero, la mayor protección que David necesita, al igual que nosotros, es de él mismo.

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