Ha pasado el invierno
Por: Pastor Luis Navarrete
22/01/2023
El invierno se caracteriza por ser la estación de los días cortos y las noches largas. A causa de sus condiciones climatológicas, la gente no tiene las mismas libertades que en las otras estaciones. Esto causa desánimo, desaliento y muchas veces depresión; de hecho, es la época en la que, estadísticamente, ocurren más suicidios.
Cantares 2:10-15. En esta palabra, hay cinco cosas muy importantes que podemos destacar.
1. “Mi amado me habló”. Lo primero y más importante, es que Dios mismo nos está hablando, y lo hace con amor. Es un llamado esperanzador en medio de las duras circunstancias. Quizá para muchos, la estación que hemos pasado ha sido dura y dolorosa por pérdidas de seres queridos, de relaciones, de negocios o trabajos, que ha producido un desequilibrio en nuestra fe.
Pero Dios conoce el estado de cada uno de nosotros, y, en general, de su Iglesia; por eso su llamado a levantarnos. Es tiempo de dejar la condición en la que estamos.
2. “Ha pasado el invierno”. Este es un llamado de atención, a mirar que muchas cosas ya empezaron a cambiar, pero algunos no se dan cuenta. Quizá la inclemencia del invierno nos ha golpeado y no sabemos cómo seguimos en pie, pero las lluvias y tormentas ya se fueron. Muchas veces, después de tiempos duros, nos cuesta ver las señales del cielo e inconscientemente nos quedamos en la misma condición sin avanzar. Isaías 43:18-19 (NTV).
3. “Se han mostrado ya las flores”. Es verdad, la vida ha sido dura, el dolor ha sido real, pero no lo hagamos eterno y no nos acostumbremos a ello. Ha sido un tiempo para llorar, pero ahora viene un tiempo para reír y cantar. Salmos 30:11-12.
4. “Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz”. Una vez más, el Señor nos llama a levantarnos, a deja de estar escondidos. A través de las pruebas y circunstancias de la vida, el enemigo quiere intimidarnos y apagar nuestra voz y nuestra fe. Pero, a través de esta alegoría, Dios nos dice que quiere vernos y escuchar nuestra voz.
5. “Caza las zorras pequeñas”. Dios nos ama y quiere bendecirnos, quiere hacer cosas nuevas en nuestra vida y en la Iglesia. Pero el enemigo nunca dejará de trabajar y querrá arruinar nuestra vida. Por lo tanto, tenemos que cazar y destruir todo aquello que pueda echar a perder nuestra cosecha este año. La instrucción es cazar las zorras y echarlas de la viña, pues sólo así el fruto se logrará.
Las zorras pequeñas pueden ser malas actitudes o malos hábitos que cultivamos durante el invierno, y este género solo sale con oración y ayuno.
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