Vestiduras nuevas
Por: Pastor Danny Serrano
Cuando ayunamos y oramos, Dios comienza a hacer cosas milagrosas. Lo hacemos para alinear nuestro corazón con Él. Hay una batalla muy real en los aires, el ayuno nos ayuda a vencer.
Mateo 9:14-17: «Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán. Nadie pone remiendo de paño nuevo en vestido viejo; porque tal remiendo tira del vestido, y se hace peor la rotura. Ni echan vino nuevo en odres viejos; de otra manera los odres se rompen, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odres nuevos, y lo uno y lo otro se conservan juntamente.»
Hablemos de vestidos: la ropa que llevamos puesta dice mucho de nosotros, demuestra quiénes somos o qué hacemos. Sin embargo, también hay vestiduras del alma, y muchos llegamos al Señor con vestidos del pasado: abrigos de cargas, camisetas de dolor, pantalones de envidia, zapatos de luchas, interiores de desórdenes sexuales, chompas de ira, gorras de orgullo y rebeldía o medias de soledad.
Colosenses 3:5-15. Este ayuno debe servir para un cambio de vestiduras. Si no hay cambios en nuestro comportamiento y carácter, el ayuno ha sido en vano. Si no ves cambios en tu manera de tratar a los demás, solo hemos hecho una dieta.
El ayuno se trata de morir a los deseos de nuestra carne, es decir: inmoralidad sexual, pornografía, lujuria, fornicación, impurezas, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, que es idolatría. Debemos eliminar de nuestra vida: el enojo, furia, ira, malicia, calumnia, lenguaje sucio y mentiras.
Todas estas cosas ¡No es nuestra vestidura! Ya no es nuestra naturaleza. Somos nuevas criaturas en Cristo.
Colosenses 3:10-15: «Vístanse con la nueva naturaleza y se renovarán a medida que aprendan a conocer a su Creador y se parezcan más a Él.»
Vestirse es una acción que debemos ejecutar nosotros mismos, es nuestra decisión. Dios nos está invitando a: vestirnos de compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. Ser comprensivos y perdonadores. Vestirnos de amor, que nos une en perfecta armonía. Permitir que la paz de Cristo gobierne en nuestros corazones. Ser agradecidos.
Este ayuno no debe ser un ayuno más, de un año más. No arrastremos nuestro pasado a este 2025, porque es tiempo de pedirle al Señor un cambio real en nosotros y vestirnos de Su presencia. El verdadero arrepentimiento nos lleva a un cambio de vida, no solo a un remordimiento pasajero.
¡Este es el tiempo de renovar nuestras vestiduras en Cristo!
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